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Dr.Shuhei Ogita

En 1986, el Dr. Shuhei Ogita, cirujano pediátrico de la Universidad Prefectural de Medicina de Kyoto, descubre una terapia no quirúrgica llamada OK-432. El OK-432 es un medicamento específico en contra de las malformaciones linfáticas que es inyectado dentro del quiste reduciendo su tamaño o quitando por completo la malformación linfática. Desde su uso inicial, la terapia OK-432 ha demostrado su eficacia con el aumento de resultados exitosos en los casos en los que se ha aplicado e investigaciones posteriores han promovido su efectividad, por lo que la terapia OK-432 ha llegado a ser un procedimiento común para el tratamiento de linfangiomas en Japón.

Así comenzó el apoyo para pacientes extranjeros

Por otra parte, debido a que el OK-432, sólo se distribuía en Japón, la única manera de recibir el tratamiento era viajando a Japón y para recibir la terapia OK-432 era necesario un mes de estancia, además, un tratamiento completo requiere de varias sesiones, por lo que los pacientes de otros países necesitaban cubrir muchos gastos para poder recibir la terapia. El Dr. Ogita, con el fin de ayudar a los niños extranjeros que no podían recibir la terapia OK-432 por problemas económicos, estableció la "Fundación Carlos Chan" (nombrada así por un niño mexicano que viajó a Japón para recibir el tratamiento) en septiembre de 1992.

A partir de entonces, para que todos los niños diagnosticados con linfangioma, independientemente de las circunstancias médicas y situación económica, pudieran recibir la terapia OK-432, el Dr. Ogita y la "Fundación Carlos Chan", empezaron a atender a los pacientes extranjeros con linfangioma.

La siguiente sección “ Junto con Carlitos” presenta el texto completo de una conferencia que dio el Dr. Ogita en el “Festival de Trias" de la Universidad de la Medicina Prefectural de Kioto y la Escuela de Enfermería, en el noviembre del 1993. En esta conferencia, el Dr. Ogita habló desde cómo conoció a la familia de Carlitos, cómo estableció la dicha fundación hasta su filosofía médica.

Seguramente descubrirá su gran espíritu de querer ayudar a todos los pacientes con linfangioma y el humanismo que tenía el nuestro querido y respetado Dr. Ogita.

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